martes, 8 de enero de 2019

Choya mañanera




Quise expandir la mente
iluminar las ideas
enfrentar página nueva,
y me dispuse a viajar.

Al sureste concentrado
en los granos de café,


que tañen en la charola
de la báscula al pesar.

Bronceados en el fogón
monótono tostador,
en medio del ruido intenso
de motores de molino.

Unos quieren solo un cuarto
en su bolsa de metal,
yo uno cortado con leche,
con su copete de espuma.

Ahí se juntan los aromas
desde Oaxaca hasta Chiapas
mezcla expres, caracolillo,
Nayarit y Coatepec.

¿Cuánto vale el medio kilo?
-de la casa, por favor,
en taza de porcelana
una onza de placer.

Ya comienza la nostalgia
mientras los sorbos se agotan,
al ver de la taza el fondo
que nos anuncia el final.

¿Con que molido lo quiere?
para filtro de papel
con espacio para leche,
deme dos para llevar.

Saboreo la fina espuma
saludando a los amigos
con cucharita de acero
gusto el borboteo final.

Suena la registradora
las monedas en la barra,
nos vemos, hasta mañana,
adiós, que le vaya bien.



Eduardo Sánchez 



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